El rincón de Leodegundia

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domingo, agosto 26, 2012

Doble dolor


No creo que haya nadie que no conozca el origen del mausoleo más famoso del mundo, el Taj Mahal. Pero quizás no todos sepan el triste final que tuvo el emperador Shah Jahan pues su dolor no fue sólo uno, el producido por la muerte de su esposa, si no dos.

El emperador tenía varias esposas, pero Arjumand Banu Begum, llamada Mumtaz Mahal (Joya de palacio), era la preferida y para ella construyó magníficos palacios y con ella tuvo catorce hijos. Y fue al dar a luz a su último hijo cuando falleció, lo que sumió al emperador en un gran dolor y una tristeza que le hizo perder el interés por todo lo que no fuera la construcción de un mausoleo que inmortalizaría a su querida esposa.

En esta obra trabajaron unos veinte mil obreros indios y persas durante casi veinte años y es que el Taj Mahal es un complejo de edificios y jardines y no sólo el blanco edificio conocido por todos. 

Frente a la puerta de entrada se encuentra la Darwaza, o fuerte de acceso, construido en arenisca roja.


Que da paso a los jardines al fondo de los cuales está el mausoleo flanqueado por la mezquita y el jawab, dos edificios muy parecidos con la diferencia de que este último no tiene minarete.


En esta foto tomada desde el río Yamuna se puede ver el mausoleo por su parte posterior con la jawab a la izquierda y la mezquita a la derecha.


El mausoleo está construido en mármol blanco extraído de las canteras de Rajasthan. La fachada está decorada con inscripciones coránicas en mármol negro, arabescos, formas geométricas y motivos florales en piedras duras.


Cuentan que en los últimos años de su vida, el emperador viejo y enfermo tuvo que presenciar como sus hijos luchaban entre si por hacerse con el poder y al final su hijo Aurangzeb lo apresó encerrándolo en el Fuerte Rojo de Agra desde donde podía contemplar el mausoleo de su querida esposa pero al que nunca le dejaron acercarse. Al final,  medio ciego ya, apenas si lo podía divisar como si la niebla envolviera el Tal Mahal al igual que se ve en esta foto que fue tomada desde el Fuerte Rojo.


Doble dolor en vida y quizás uno más si llegara a ver que su hijo hizo construir un cenotafio al lado del de su esposa rompiendo la simetría que reinaba en todo el complejo y además siendo mas alto, como quitándole importancia al de la mujer que tanto amó su padre. 


Este mausoleo, símbolo de un gran amor, fue descrito por Rabindranath Tagore con esta bellísima frase:
“Una lágrima de mármol detenida en la mejilla del tiempo”


Nota: Todas las fotos me fueron cedidas por Menchu y Nieves, menos la última que la tomé de la red.

domingo, agosto 12, 2012

Gánga

Gánga es el nombre real del río más importante de la India que por una deformación inglesa conocemos con Ganges. Este río con una longitud de mas dos mil quinientos kilómetros nace en el glaciar Gangotri, en el Himalaya, y desemboca en el golfo de Bengala formando un enorme delta.


En la cuenca de este río viven más de 500 millones de personas lo que nos indica que es un gran generador de vida. A sus orillas se encuentran numerosos lugares sagrados y ciudades santas como la de Benarés porque este río se considera sagrado para los hindúes.


Esta es la ciudad santa hinduista por excelencia, está consagrada al dios Shiva, en realidad se llama Varanasi, el nombre de Benarés se lo dieron los ingleses, pero para los devotos la ciudad es Kashi, la resplandeciente. 

La población queda a la orilla izquierda. Acoge a miles de peregrinos en cualquier época del año, convencidos de que las aguas del río sagrado purifican de los pecados más graves. Los hinduistas realizan continuas peregrinaciones al río para bañarse en él o meditar en sus orillas.



La muerte en la ciudad sagrada de Shiva, según los hinduistas, garantiza la salvación, por lo que Varanasi es una especie de última morada para ascetas y devotos que encuentran hospitalidad en las numerosas casas de acogida a orillas del río. A él se dedican todos los días oraciones y ceremonias que son muy concurridas tanto desde la orilla como desde las barcas que llenan el río.




Lo extraordinario de este río es que la gente que se baña en él no se muera nada más acercarse pues la contaminación es alarmante. Restos de cremaciones humanas, esqueletos de animales, aguas residuales, desperdicios de las fábricas, e incluso a veces cadáveres de personas y animales, todo flota en sus aguas, pero la gente sigue bañándose o lavando la ropa como si fueran las aguas más limpias y cristalinas.


Normalmente toda la actividad del río se concentra en los ghat, escalinatas situadas en la orilla y que facilitan las abluciones de los peregrinos. Devotos, ascetas, mendigos, vendedores, barqueros, peregrinos y turistas se mezclan convirtiendo el lugar en un hervidero de gente.


Hay varios ghat, por ejemplo en Kedar Ghat, fácil de reconocer por las bandas rojas y blancas que decoran el templo de Shiva.


El Dhabi Ghat, el de los lavanderos. Lavar la ropa en las aguas sagradas, incluso contaminadas, otorga pureza especial y allí están los Dhabi golpeando la ropa a buen ritmo.



El Man Mandir Ghat, que contiene uno de los observatorios astronómicos de la India por Jai Singh en la primera mitad del siglo XVIII.


Pero a pesar de tanto bullicio el río disfruta a veces de momentos llenos de tranquilidad y silencio.


Nota: Todas las fotos me fueron cedidas por Menchu y Nieves, menos la del mapa que la tomé de la red.