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lunes, mayo 01, 2006

Y a su manera, nos conquistaron

España, conocida por sus conquistas, fue a su vez conquistada a lo largo de su Historia en muchas ocasiones, por causas económicas, sociales o políticas. Numerosos fueron los pueblos que llegando desde todos los puntos, se fueron estableciendo casi siempre después de largas luchas hasta mezclarse con los lugareños. Quizás la menos cruenta de todas estas invasiones llevadas a cabo en la antigüedad, fue la de los fenicios.

Procedían de Fenicia - país del Asia anterior, en la costa de Siria – que más que un país era un conjunto de ciudades-estado con gobiernos independientes, aunque bajo la hegemonía de Sidón hasta el siglo XIII a.C. y de Tiro a partir de entonces. Poblada por semitas cananeos, su suelo montañoso no era apto para la agricultura, lo que orientó a sus habitantes hacia las actividades marítimas viajando continuamente con fines comerciales y creando muchas colonias a lo largo de las costas del Mediterráneo.

Los marineros fenicios, según el autor griego Arato, tenían el sistema de navegación más perfecto, narra que incluso podían navegar de noche ayudados por ánforas horadadas que, colgadas a proa, servían como instrumentos de iluminación. Jenofonte también alaba las virtudes marineras de este pueblo que fue uno de los mejores exploradores por su audacia y valor, que los lanzó al mudo desconocido llevando a cabo largos viajes por todos los mares convirtiéndose en verdaderos “señores del mar”. Estrabón afirma que navegaron más allá de las Columnas de Hércules y fundaron ciudades en medio de la costa de África. Cuando el trayecto no permitía paradas a la navegación, la nave se orientaba por la constelación de la Osa Mayor, conocida en el mundo antiguo con el nombre de Estrella Fenicia.

Como buenos comerciantes que eran, su fino olfato para hacer negocio les llevó calibrar enseguida que esta era una tierra de grandes posibilidades para enriquecerse ya que tenía grandes riquezas naturales - abundantes pastos, y por lo tanto también ganado; tierra fértil, con frutos y cereales de toda clase; minas, de hierro, cobre y plata y ríos que arrastraban pepitas de oro - y al mismo tiempo vivían en una situación de atraso manifiesto, dos factores dignos de tener en cuenta a la hora de hacer intercambios de mercancías. ¿Dónde encontrar algo mejor?.

Por tres veces, según Estrabón, la ciudad de Tiro mandó expediciones a las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar). La primera desembarcó en Calpe (Gibraltar) y allí ofrecieron sacrificios, pero como no resultaron favorables, pusieron proa a su casa; en la segunda, salieron del estrecho hasta llegar a una isla consagrada a Heracles, situada cerca de la ciudad de Onuba (Huelva) y creyendo que era el lugar en donde estaban las Columnas, ofrecieron sacrificios al dios, pero como de nuevo éstos no fueron favorables, también se volvieron a casa; pero los que llegaron en la tercera expedición, no se si es que no ofrecieron sacrificios o que estos fueron favorables, pues se quedaron y sentaron sus reales en la isla de Eritia, que se supone sea la de Sancti Petri. Desde ahí se trasladaron a un lugar inmediato con más comodidades para sus negocios y fundaron Gades (Cádiz) dedicando un santuario a Melqart, el Hércules fenicio, que rivalizó en importancia con el de Tiro.

En sus excursiones marítimas los fenicios establecieron factorías en la costa meridional, lo que dio mucha vida a su comercio, además la convivencia con los lugareños era buena y resultó beneficiosa para ambos, pues los fenicios consiguieron grandes riquezas y a cambio los conquistados se beneficiaron de todos los conocimientos y técnicas que estos navegantes habían ido recogiendo por todos los lugares en donde habían levantado sus colonias a lo largo de las costas del Mediterráneo, como el alfabeto, la minería, la elaboración de los metales, del vidrio policromado y la alfarería, la tintorería, la salazón y la cura del pescado. Entre los productos que se intercambiaban en un principio eran el vino y el aceite que ellos traían, por los minerales que aquí abundaban, sobre todo la plata; luego los intercambios fueron cada vez mayores, telas, amuletos, joyas, vasos de metal, cerámica pintada y muchísimos otros productos que los fenicios se encargaban de llevar de un lado a otro, creo que esta fue la gran aportación de Fenicia, la de llevar las nuevas técnicas, el arte y el conocimiento adquirido en sus viajes y contacto con todas las civilizaciones antiguas hacia el mundo occidental.

Del arte fenicio se puede decir que en él concurren elementos de diversas procedencias como la egipcia, la griega, la mesopotámica o la siria; la característica fundamental de este arte fue asimilar y armonizar corrientes artísticas diferentes y dada la gran pericia que demostraron, no tardaron en fundar una industria de creación artesanal en donde se elaboraban la mayoría de los objetos decorativos con los que comerciaban. De sus manos salieron exquisitas miniaturas de marfil; adornos de oro, plata, cobre y bronce y cerámica bellamente decorada. Se cree que fueron los inventores del vidrio, pero la tradición la heredaron de Egipto y Mesopotamia, pero adquirieron un gran conocimiento y empleando una pasta de arena fina que combinada con carbonato sódico, añadiéndole pigmentos y sometiéndola a grandes temperaturas, la convertían en vidrio de colores con el que hacían frascos para el incienso o para los perfumes, abalorios y objetos ornamentales.


Se conoce la localización de muchas colonias: como la de Abdera (Adra) en Almería, Malaca (Málaga), Sexi (Almuñecar) en Granada; asentamientos: Carmo (Carmona) en Sevilla, Aljaraque en Huelva, Santaella en Córdoba y necrópolis: Los Alcores (Carmona) en Sevilla, Setefilla, Lora del Río en Sevilla y La Joya en Huelva. Hay muchas más, esto es sólo una pequeña muestra y estoy segura que los descubrimientos todavía no llegaron a su fin.

Como dije al principio, este no fue el único pueblo que vino a la conquista de España, los celtas, de los que nos habla Caboblanco, también forman parte de nuestra Historia.

36 Comments:

Blogger Luis Caboblanco said...

Hola Leo. Poco más que decir esta vez. Si acaso, que los fenicios fueron los primeros comerciantes al por mayor de Europa, y que trajeron a España Seda, especias y piedras preciosas a cambio de nuestro aceite, nuestro trigo y nuestros caballos.

Un abrazo

mayo 01, 2006 10:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

He leido por encima tu articulo y poco hay que añadir, alguna cosilla pondré, si me das permiso, por gusto no por necesidad porque el tema está más que completo.Un fuerte abrazo NINA

mayo 02, 2006 12:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como muy bien expones los fenicios eran eminentemente comerciales y no se sintieron en ningún momento artistas.Si en algún ramo imprimieron caracter a sus creaciones fue en el trabajo del metal y orfebrería, en la tintura(púrpura) etc... la púrpura es debida a los fenicios, es un jugo rojo que suministraban muchos caracoles de mar siendo el más importate para los antiguos el llamado púrpura haemastoma,debajo de la concha tienen una glándula que segrega un liquido amarillo mucilaginoso que con la luz del sol se transforma en verde, azul y rojo escarlata.Durante siglos los fenicios fueron los únicos dueños del secreto de la fabricación de la púrpura Este color fue considerado como símolo de ditinción y sobriedad Se utiliza para la tintura de ropas y en cosmética y en pinturas Un abrazo muy fuerte de nina
P. D. ahora se obtiene púrpura síntética por métodos químico, resultado más económica

mayo 02, 2006 2:44 a. m.  
Blogger Mayte said...

Intercambios culturales....conquitas y conquistadores que de una forma u otra enriquecen también.

Mil bikiños.

mayo 02, 2006 5:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

De este contacto comercial y cultural, me llama la atención la aportación del alfabeto. En el desarrollo de sus actividades en paises que habían adoptado la escritura,recogieron los sonidos que se repetían en los idiomas, los redujeron a 30 signos para facilitar las transacciones y de esta forma propagaron la escritura.
Lástima que los celtas no contaran con este instrumento tan valioso...

Un besín y gracias por enriquecer mis desayunos :))

mayo 02, 2006 10:21 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

hola...
Juerr toy aprendiendo mas de historia contigo que en el cologio...gracias por tus letras

besos

mayo 02, 2006 10:23 a. m.  
Blogger Anazia said...

"viviéndolos" de cerca como que estoy en sus tierras sólo puedo decir que han dejado mucho, pero no se siente nada.

Me explico, es verdad que España, la gran conquistadora, también fue la gran conquistada, y por el estrecho de Gibraltar no sólo entraron los fenicios, sino también los musulmanes. Ellos trajeron consigo el aprovechamiento del agua y sus arcos de herradura, lo cual a cada paso ves algo, ves una influencia árabe, pero fenicia apenas se aprecia.

Para realmente saber que Huelva fue un día fenicia antes que anda, tienes que ir al museo provincial. Aún así, te invito a venir y mostrártela ;)

mayo 02, 2006 10:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Leo:
En este no visitar a los buenos amigos me perdí tu reaparición.
Veo que el tiempo tomado te ha permitido documentarte y hacer esos buenos artículos a los que nos tienes acostumbrados y que cuando no han faltado nos han hecho sentir como si algo nos faltara.
Bravo pueblo fueron los fenicios y realizaron una gran labor de difusión de su cultura.
Besos
José

mayo 02, 2006 12:13 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esa si que fue una fructuosa conquista. Quizá nos dieron más de lo que se llevaron así cualquiera se deja conquistar.
He visitado durante varios años la ciudad de Sexi(Almuñecar) donde aún se conservan las ruinas de sus saladeros de pescados.
Estupendo Post, leo. Además de aprender es un placer leerlo.

Besos muchos

mayo 02, 2006 12:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Se me ha adelantado Marian, pero como lo tenía prparado ahí va: Creo que fueron los que introdujeron el alfabeto de 30 símbolos . En los textos de Ra's-Samra, s.XIV a.C. al igual que en los textos de Biblos, se han encontrado muchas referencias a esa época y se cree que ello facilitó en muchas partes las operaciones comerciales.
Un saludo en lenguaje moderno.

mayo 02, 2006 12:58 p. m.  
Blogger almena said...

Así, somos el resultado de la unión de tantas culturas distintas como desfilaron por esta nuestra tierra.
Algo tenemos de cada una de ellas.
De nuevo un estupendo acierto vuestro postear "al alimón" Caboblanco y tú.

Un beso

mayo 02, 2006 3:42 p. m.  
Blogger Raúl said...

El pueblo fenicio es merecedor de toda mi admiración... Un pueblo extraordinario,

Admiro de ellos esa capacidad para adquirir nuevo conocimiernto y para tranmiirlo a los pueblos con los que tenían contacto.

Ese liderazgoy esa capacidad para crecer con armonía, son elementos que más de un imperio comercial del presente debería aprender...

Recibe un fuerte abrazo Leo... Dejé un comentario algo tardío, pero muy cariñoso a tu post sobre Colombia. Gracias!!!

Saludos,

mayo 02, 2006 6:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

un retazo de nuestra historia, la que aveces olvidamos... besos

mayo 02, 2006 6:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy interesante la historia. De todas formas, antes se lo pasaban mejor que ahora, De pronto, ¡ala! te invadía una gente. ¿Y estos de donde habrán salido?, se dirían los del lugar. Y a guerrear o comerciar. Hoy, como no nos invadan los marcianos....
Un abrazo

mayo 02, 2006 8:55 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Caboblanco – Lo raro es que un pueblo como este que hacía sus conquistas con el comercio y no con la guerra, acabara por desaparecer también.

Nina – Te agradezco esta explicación que amplía bastante el tema y por supuesto que tienes mi permiso para aportar todos los datos que te parezca que pueden enriquecer mi artículo.

Azul – Todas las conquistas supongo que tienen cosas positivas y otras negativas, pero el mundo va cambiando a golpe de conquista.

Marian – Si, eso del alfabeto era prácticamente lo único que nos contaban de los fenicios y ya ves, hay más cosas y en cuanto a los celtas, eran un pueblo muy diferente, pero también hicieron sus aportaciones.

Donosito - :-))) Me alegra saberlo, y para tu tranquilidad, yo no pongo exámenes.

Anazia – Estaría encantada de visitar Huelva pues es una de las pocas provincias andaluzas que no conozco. Quizás quedan más restos de la conquista musulmana porque entre otras cosas duró bastante más que la fenicia.

José Sans – Llegas a tiempo de sobra en mi reaparición, supongo que sigues tan ocupado y es por eso que no puedes hacer las visitas más a menudo, yo de momento también voy con bastante lentitud.

Trini – Bueno, yo no estaría tan segura de que nos dieron más de lo que se llevaron, un buen comerciante, y los fenicios lo eran, nunca da más de lo que se lleva, de todas formas sus aportaciones fueron muy importantes para unas gentes que estaban bastante atrasadas.

Unjubilado – Es cierto, al parecer como no se podían permitir quien les llevara las cuentas, o no se fiaban de nadie, fue por lo que decidieron hacer “ese invento”, así hacían sus apuntes contables ellos solos.

Almena – No creo que en Europa exista un sólo lugar que no sea el resultado de la unión de muchas culturas, por eso cuando algunos presumen de su “pureza de raza” me da risa, que me digan como se libraron de todas las invasiones que fueron muchas y continuas.

Raúl – Es una pena que el pueblo fenicio no sea más conocido, por lo menos sus invasiones no eran tan cruentas como las de otros pueblos.

Netes – Tenemos una historia tan larga que no es raro que algunas veces nos olvidemos de alguna parte de ella.

Julio – No creas, hoy se sigue invadiendo igual, quizás con otros métodos, pero la humanidad se sigue moviendo de un lado al otro de la tierra en un continuo ir y venir.

Andrea Recol – La Historia es de lo más entretenido y aleccionador, es una pena que no se le preste más atención.

mayo 03, 2006 2:34 p. m.  
Blogger Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx said...

No sabía muchas de las cosas que comentas... Curioso

mayo 03, 2006 5:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como buenos comerciantes sabían que el intercambio de conocimientos siempre es rentable y lo practicaron generosamente-
Como siempre una delicia leerte.
Bicos.

mayo 03, 2006 8:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Como siempre sin desperdicio;)) me encanta tu blog, tan genuino.. un abrazo Leo

mayo 03, 2006 9:06 p. m.  
Blogger Verso said...

Vengo con los deberes a punto , un poco extensos quizá, mi cercana estancia en el mar me ha inclinado a ese punto, alla váaaaaaaaaaa :


Los Fenicios:

Durante mucho tiempo fueron un pueblo muy desconocido. Citados únicamente por Homero en La Odisea y en La Ilíada, por Plinio y por algunos pasajes de la Biblia. En el actual Líbano y la costa de Siria, una serie de tribus que hablaban lenguas semíticas se establecieron en pequeñas aldeas de pescadores en la costa. Los asentamientos fueron creciendo hasta convertirse en ciudades como Ugarit, Biblos y Sidón. La geografía resultaba demasiado accidentada para comunicarse fácilmente por tierra entre ellas. Cada una de ellas fue constituyéndose en un estado autónomo centrados en la buena marcha de los negocios. Un monarca al frente de cada ciudad defendía sus intereses frente a otros estados y potencias de la época (Egipto, Babilonia y Asiria). Los hábiles pactos con los vecinos, especialmente filisteos y judíos, resultaron efectivos. Cuando las circunstancias lo requerían rendían vasallaje y pagaban tributos a las grandes potencias. La tolerancia a los extranjeros, autorizados a asentarse en la ciudad y montar sus propios negocios, resultó conveniente. Por su mediación se evitaron presiones excesivas de las grandes potencias.

Establecidos en el país de Canaán hacia el s.XXVIII a. J.C. Su verdadero origen se ignora (¿Arabia, país de Amurru, país de Edom y de Moab?), se mezclaron con los autóctonos (habitantes paleolíticos y neolíticos, de los que existen vestigios en Ra's-Samra) y se establecieron en la costa del monte Carmelo hasta Ugarit. Fundaron numeroso puertos (Arados, Smyrna, Trípoli, Yubayl-Biblos, Beritos, Sidón, Tiro y 'Akka), para los que escogían cabos o islas próximas a la costa, que los protegían de los vientos (S-N) y les servían de refugio en caso de invasión (Tiro y Arados); se orientaron deliberadamente hacia el mar, que, por medio de la navegación de cabotaje, les permitía establecer relaciones más fácilmente que la tierra. Desde el III milenio entraron en contacto con Egipto, país al que suministraban madera (cedro, abeto) para sus barcos, aromas, aceites y resina, y por el que estuvieron muy influidos. Sobre todo Biblos y Sidón desde el s.XVIII, mantenían relaciones con los egeos, dueños del mar (cretenses y posteriormente micenios), que frecuentaban sus puertos. De este modo, cuando la invasión de los pueblos del mar (c.1200) los liberó de la tutela egipcia, pudieron reemplazar el poder egeomicénico, arruinado por los dorios. A partir de entonces conservaron su independencia bajo la tutela de Tiro, alcanzaron una era de gran prosperidad. Su área de influencia se extendió progresivamente; por una parte, desempeñaron el papel de agentes e intermediarios entre occidente y oriente (controlando, por tierra, los puntos a donde iban a parar las caravanas del desierto [Hama, Damasco y Thapsaco] y en donde adquirían las mercancías orientales), y, por otra, fundando, alrededor del Mediterráneo, numerosas factorías y colonias comerciales. En el s.X se instalaron en Chipre y, en las costas de Asia Menor (Panfilia y Licia), donde chocaron con los griegos, que los desbancaron de Rodas, de las Espóradas y de las Doradas, donde habían permanecido durante algún tiempo. Buscaron entonces nuevos mercados en el Mediterráneo occidental: prudentemente, dejaron Tirrenia a los etruscos y a los griegos, y establecieron en Sicilia occidental, en las islas de Malta, Gozo y Pantelleria, bases propicias para el comercio con Africa (s.IX); a través de Cerdeña e Ibiza habían llegado, en la Península ibérica, al "país de Tarsis (Gades, s.XI), donde sus barcos recogían estaño y la plata procedentes de la península o de las islas Casitérides. A su regreso, aprovechando las corrientes de las costas africanas y por mediación de sus antiguas colonias de Hippo Diarrhytus y Utica (1100), llegaban a Cartago (814-813) y al golfo de la pequeña Sirte (Hadrumeta y Leptis). Al compás del desarrollo de los mercados comerciales, los artesanos prosperaban en las ciudades (monopolio de las lanas teñidas con la púrpura del murex pescado e las costas de Africa, Creta y Egeo; cerámicas y objetos de lujo), abasteciendo a los barcos con telas, bordados, cueros, púrpura, perfumes, etc.
El alfabeto:
Entraron en contacto con todos los países que habían adoptado la escritura y muchas de sus transacciones que debían ser anotadas eran de tan escasa relevancia que no podían permitirse los servicios de un escriba conocedor de los múltiples signos ideográficos. Se dieron cuenta que en todos los lugares, en todos los idiomas, se repetían una serie de sonidos que podían convertirse en signos identificables. Así redujeron los sonidos de todas las lenguas a sólo treinta signos, el alfabeto. La invención del alfabeto (textos de Ra's-Samra, s.XIV) y su adaptación a las necesidades económicas (textos de Biblos) facilitaron en todas partes las operaciones comerciales, que, por reacción, propagaron esta forma de escritura.

Tiro llevó la iniciativa en esta actividad, siempre estrictamente comercial, y adquirió así la hegemonía sobre las demás ciudades fenicias. Con el auge del poder de los asirios, que buscaban una salida al mar , se vieron amenazados por el NE. En el 520 se produce la secesión de Cartago, que ocupó su lugar en occidente. Una confederación fenicia bajo la hegemonía de Sidón se alió primero con los persas, que utilizaron su marina para lanzarla contra los griegos en Chipre (498) y durante las guerras médicas (puente de barcos sobre el Helesponto); batalla de Salamina, 480). Persia hacia 540 había llevado a cabo la conquista de las ciudades griegas del Asia Menor, trataba de ampliar sus fronteras hasta el Danubio y amenazaba a Grecia cortándole sus indispensables comunicaciones con las regiones cerealistas del Ponto Euxino; las guerras desencadenadas por la revuelta de Jonia (499) e ilustradas por las victorias griegas de Maratón (490), Salamina (480) y Platea (479) demostraron el valor del hoplita y la superioridad del marino griegos. Se constituyó la Confederación de Delos (478 ó 477) y los aliados mandados por Cimón consiguieron tras la victoria del Eurimedonte (468) la liberación del Egeo que consagró definitivamente la paz de Calias (449). La actividad de los mercaderes fenicios tropieza desde entonces, en todas partes, con la competencia de la marina y de los productos griegos.

El rey era también el principal comprador y vendedor del Estado. Su poder se asentaba de forma importante en la religión (presidía grandes ceremonias y levantaba templos). Su religión fue siempre primitiva y cruel. Un funcionario civil con el título de gobernador incluso limitaba el poder real. El comandante de campo era un puesto militar de gran importancia. Como el comercio constituía el eje de toda la sociedad, representantes de las familias más adineradas formaban un influyente consejo que asistía al rey.

Poderío naval:
Llegaron a contar con cuantiosos recursos para constituir flotas, costear expediciones comerciales y formar sociedades aseguradoras que cubriesen los riesgos de la navegación comercial. En el 2600 a. de C. El faraón Sakhuré compró a los fenicios cuarenta barcos construidos con cedro del Líbano. Ugarit mantenía relaciones con Creta, la potencia naval de la época, más tarde relevados por los micénicos y los aqueos. Tiro, emplazada en una isla, se libró de las invasiones y aprovechando la debilidad de las potencias, inició una aventura marítima a gran escala. Cualquier innovación técnica naval que facilitase una mayor carga de mercancías, más rapidez o protección frente al enemigo era aplicado inmediatamente a los navíos. Sus embarcaciones tenían el casco con forma ancha y redonda. Los griegos las llamaban gaulós (bañera). Alrededor del 800 a. de C. los barcos de guerra fueron dotados de espolón e inventaron el trirreme, mejora de los fenicios al añadir una fila más de remeros. La adaptación tuvo lugar en los astilleros de Cartago en el siglo IV a. de C.

Trueque de numerosos productos:
Además de productos suntuosos (joyería, artesanía fina, plata), los fenicios comerciaban con cereales, vinos, aceites etc. por medio del trueque. Entre los años 680-652 Giges, rey de Lidia acuñó moneda por primera vez. Los fenicios adoptaron la moneda a partir del año 450 a. de C. fecha de la primera emisión de moneda fenicia, realizada en Sidón, que había heredado la hegemonía de Tiro. Las obras artesanales fenicias tenían cierta falta de originalidad ya que imitaban estilos para infiltrarse en otros mercados. La púrpura era una mercancía exclusiva fenicia, muy apreciada en la Antigüedad, hecha con tejidos teñidos con el jugo del murex, un molusco de las costas del Líbano. Como comerciantes no gozaron de fama de honrados y terminaron tratando con esclavos.

Gádir (1.100 a. De C.):
Se convirtió en la colonia más importante del Mediterráneo occidental, su ámbito de influencia económica alcanzaba la franja entre Orán e Ibiza y el litoral atlántico de Marruecos. En sus alrededores se podía encontrar plata, muy demandada en los imperios de Oriente, sobre todo en Asiria.

Tras la conquista de Alejandro Magno (332 a. de C.) se inició su decadencia que culminaría cuando Fenicia entró a formar parte del ámbito romano.


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Los barcos y la navegación:
La habilidad marinera de los fenicios era ampliamente conocida entre los pueblos vecinos y suscitó siempre una gran admiración o una fuerte envidia. En realidad, el dominio de los medios de navegación y el profundo conocimiento de los mares y de los elementos atmosféricos, junto con la costumbre de los tráficos marítimos, permitieron a este pueblo llegar a ser un ejemplo en el ámbito de la cuenca mediterránea. De aquí la fama que tenían de crueles piratas o hábiles comerciantes, de astutos o estafadores mercaderes o de grandes e intrépidos navegantes. Sea como fuere, los fenicios, animados por el deseo de adquirir fuentes cada vez más nuevas y remuneradas de aprovisionamiento de materias primas y de comerciar los productos propios elaborados en la madre patria, recorrieron enormes distancias, siendo los pioneros en trazar rutas hacia el Mediterráneo occidental y, más allá de las columnas de Hércules, hacia las costas atlánticas de África y de Europa, abriendo a la historia la cuenca occidental del Mediterráneo. Sobre la base de las antiguas fuentes escritas y con relación a los antiguos asentamientos, es posible argüir los diferentes sistemas de navegación en uso en aquella época. Se pueden reconocer, pues, dos tipos fundamentales: el primero, de pequeño cabotaje, se desarrollaba en el ámbito de la franja costera, con navegación a la vista de las costas y entre núcleos habitados próximos.
Navegación en alta mar:
El segundo, de largo recorrido, se enfrentaba con amplios trechos de mar abierto, lejos de las costas y se dirigía hacia lugares a menudo muy distantes del puerto de partida. Por lo que atañe a la navegación de pequeño cabotaje, ésta se efectuaba prevalentemente en las horas diurnas, en la proximidad de las costas y, por lo tanto, navegando a la vista, para unir los centros costeros separados entre sí no más de 25-30 millas náuticas. A este fin, junto a los barcos mercantiles de mayor tamaño, se utilizaban también embarcaciones de menor tonelaje, con relación al espejo de mar que había que atravesar y a la posible carga que había que transportar. Por otra parte, la navegación de largo recorrido tenía lugar especialmente en mar abierto, a una mayor distancia de las costas, pero probablemente siempre a la vista de la tierra, durante la noche. Cuando el trayecto no permitía paradas a la navegación, la nave se orientaba por la constelación de la Osa Mayor, conocida en el mundo antiguo con el nombre de Estrella Fenicia. En todo caso, cuando era posible y en estrecha dependencia de las condiciones atmosféricas, también la navegación de largo recorrido tenía que aprovechar las escalas temporales, necesarias para el aprovisionamiento de los géneros alimenticios y para posibles reparaciones del mismo barco. En las paradas nocturnas y caso del mal tiempo o de viento contrario, se escogían espejos de agua respaldados por promontorios o islas, mientras que, en lo tocante a las embarcaciones menores, éstas se llevaban a tierra fácilmente, cada vez que se presentaba la necesidad de hacerlo. Si se observa con atención un mapa geográfico del Mediterráneo, se puede constatar fácilmente que los trechos de mar en los que se tenía que navegar necesariamente, sin puntos de referencia en la costa, son muy raros en realidad. Pues, si se tiene presente que la velocidad de la flota comercial giraba en torno a los 2-3 nudos, se deduce que en un día se podían recorrer más de 50 millas marinas, que permitían llegar, salvo en algunas travesías de especial longitud, a la vista de las costas. Los trayectos más largos, que suponían navegar sin puntos de referencia en la costa, eran las travesías del canal de Cerdeña, desde las costas africanas a las de la isla, o la travesía del mar de las Baleares, desde las costas africanas a las islas Baleares, o de éstas a las costas occidentales de Cerdeña. Las restantes rutas que los fenicios solían recorrer podían hacerse costeando la tierra, como debía suceder durante las largas travesías de Oriente a Occidente y viceversa. Por lo que se refiere a la velocidad máxima del recorrido de un trecho de mar del que se tenía conocimiento cierto, el historiador Polibio nos transmite la noticia de cómo un capitán cartaginés, llamado Aníbal el Rodense, consiguió efectuar con un barco de guerra el trayecto entre Cartago y el cabo Lilibeo hasta la actual Marsala, equivalente a 125 millas marinas, en 24 horas con una media de más de 5 nudos por hora. La navegación comercial tenía lugar casi exclusivamente entre los meses de marzo y octubre, es decir, durante la temporada más benigna del año, y empezaba con especiales ceremonias, con la intención de propiciar los tráficos marítimos. La falta de vientos constantes, como los alisios en la cuenca del Mediterráneo, constituyó seguramente un problema no leve para los largos trayectos, con relación al tipo de velamen en uso en aquella época. Sin embargo, la inconstancia de los vientos mediterráneos y su orientación tan variable, aunque a veces impusieron paradas de varios días de duración, también permitieron que el tráfico comercial se desarrollara en todas direcciones, sin necesidad de que hubiera temporadas de espera o de que se dieran giros acaso viciosos o excesivamente largos. La navegación de las embarcaciones de guerra, por el contrario, tenía lugar durante todo el año, por la necesidad de patrullar las costas y para la posible represión de la piratería; o bien, en el caso de acontecimientos bélicos en curso, para las oportunas operaciones militares. Estas eventualidades, condicionadas por la intemperie, fueron muchas veces fatales si se considera que, por ejemplo, durante el desenvolvimiento de la primera guerra púnica entre Cartago y Roma, las pérdidas de la flota comercial -incluyendo barcos para el transporte de las tropas y de los aprovisionamientos, y los barcos de línea- causadas por las tempestades y por los consiguientes naufragios atribuibles a los cartagineses, sumaron cerca de 700 unidades; mientras que las pérdidas de las flotas romanas superaron incluso el millar.
Expediciones marítimas:
Gran resonancia tuvieron en la antigüedad los viajes de exploración con fines comerciales, efectuados por fenicios y cartagineses en búsqueda de metales preciosos o de nuevos y más remunerativos mercados. Entre éstos, merece ser recordado sin duda el que, según el historiador Heródoto, efectuaron los fenicios por encargo del faraón Necao hacia finales del siglo vn a.C. y que, habiendo durado cerca de tres años, los llevó a circunnavegar el continente africano de oriente a occidente, o bien, como narra un geógrafo griego, el viaje del cartaginés Hannón que, hacia finales del siglo V a.C., poniendo vela desde Cartago hacia el océano Atlántico, traspasó las columnas de Hércules, llegando hasta el golfo de Guinea. También vale la pena citar el viaje efectuado hacia el siglo y a.C., por el cartaginés Himilcón a lo largo de las costas atlánticas de Europa hasta alcanzar la Bretaña y, tal vez, las islas Casitérides (Gran Bretaña e Irlanda) en busca del estaño y en el intento de abrir una nueva vía comercial para este mineral, en alternativa a la vía continental que, a través de Francia, llegaba hasta el golfo de León y a Marsella. Algunos hallazgos arqueológicos atestiguan la presencia, aunque temporal, de los cartagineses en las islas Azores, mientras ulteriores noticias de antiguos autores cuentan viajes fabulosos efectuados por los fenicios en regiones del océano Atlántico.


Datos recogidos de ésta página, al César....

http://www.mgar.net/var/fenicia.htm


Besxinossssssss

mayo 04, 2006 1:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

De nueva cuenta una clase de historia para mí. En México, por obvias razones cuando se habla de España siempre es en referencia al descubrimiento de américa, la conquista, y la independencia. Sabes, justo ahora se me ocurrió que debe ser simpático saber como se cuenta esa misma historia del otro lado. En fin, como te decía, poco se habla de las conquistas que hicieron de España antes. Supongo que en algún momento todos son conquistados y conquistadores. Un abrazo!

mayo 04, 2006 4:41 p. m.  
Blogger @Intimä said...

Hace unos días toque el mismo tema
con mi hijo preparando un examen
Un besito Leo.

mayo 04, 2006 4:56 p. m.  
Blogger carlitos said...

Me gusto mucho la foto del sarcofago fenicio. Yo nunca eh logrado orientarme con las estrellas es algo díficil bueno también que en aquellos tiempos estos astros se observaban mejor, admiro como se orientaban de noche en alta mar. Diego tiene razón en cuanto a como se ve la conquista de uno y otro lado del oceano.

besos y abrazos!

mayo 04, 2006 5:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola leo, cada vez mejor. Tocas la fibra sensible de aventurero que llevo dentro y cada vez me cuesta mas sacar. Lo de los espejos de agua no me ha qedado muy claro, voy a buscarlo para no quedarme a la zaga.
Cuidate y por favor sigue asi!

mayo 04, 2006 5:56 p. m.  
Blogger TORO SALVAJE said...

Quiero darte las gracias por tu esfuerzo y tu habilidad para transformarlo en un post tan excelente como este.
Un saludo.

mayo 05, 2006 10:32 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Eliza doolitle – Bueno, sobre los fenicios no se suele contar mucho y no se por qué, supongo que otros pueblos de los que nos invadieron eran mas atractivos.

Muralla - :-)) De que eran buenos comerciantes no quedó ninguna duda, pero nosotros tampoco salimos mal parados.

Azzura – Pues encantada de que te guste, es agradable compartir cosas con las personas que te visitan.

Incondicional – Jajajaja, después de leer tu comentario que nadie diga que no sabe nada sobre los fenicios, no creo que te hayas dejado nada por decir. Tienes la buena nota asegurada.

Dianora – Puse ese título pues su conquista no se llevó a cabo de la forma tradicional, con lucha, ellos utilizaron el comercio que era su manera de conquistar los lugares que visitaban.

Diego – Todos los países fueron conquistados y conquistadores en algún momento de su historia y como muy bien dices, es muy interesante conocer las versiones sobre la misma conquista hecha por los dos protagonistas aunque en este caso y dado que los fenicios ya no existen como tales no creo que nos cuenten nada.

Darilea – Espero que tu hijo haya aprobado el examen.

Carlos – Cuando se estudia historia es muy interesante leer muchas versiones distintas sobre cualquier hecho pues creo que sólo así se puede acercar uno bastante a lo sucedido.

Fley – Me alegra que te guste pero no se a que te refieres con los espejos de agua, ¿me podrías decir a que te refieres?.

Torosalvaje – Me encanta la Historia y me gustar compartirla con los demás, aunque no se todo lo que quisiera ya que es demasiado extensa.

mayo 05, 2006 9:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Un post impecable, como siempre.

mayo 06, 2006 11:17 a. m.  
Blogger lil said...

Este tipo de conquistas, son las que engrandecen a ambas partes, porque se produce el intercambio. El problema son las invasiones de las que tantos ejemplos existen en la historia. Me ha gustado mucho, Leo.

Un besito

mayo 06, 2006 12:40 p. m.  
Blogger Ogigia said...

Ah, como siempre tan ameno, leo, qué bien...

mayo 07, 2006 12:09 p. m.  
Blogger reina said...

Es bueno recordar este tipo de cosas para reflexionar sobre el origen de los pueblos y de como nuestra sangre se pierde en mil orígenes en la noche de los tiempos y que la mejor manera de mejorar una raza es la mezcla y el mestizaje.

De los fenicios sabía poco, que eran comerciantes y que se asentaron en España. Gracias a este artículo he ampliado mis conocimientos.

Un fuerte abrazo.

mayo 07, 2006 3:16 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Consumidor irritado – No será tanto, pero intento hacerlo lo mejor que puedo.

Kuan – Este tipo de conquistas son las menos, la gran mayoría llevan consigo mucha violencia y muchas muertes.

Ogigia – Gracias.

Reina – La verdad es que a los estudiantes no se les suele explicar mucho sobre la época de los fenicios y no se cual es la razón, pero bueno, siempre podemos recurrir a los libros.

mayo 08, 2006 8:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Impresionante y completísimo este post, Leo. Me encanta. Mi primera aproximación a los fenicios (después de la escasísima escolar) fue hace un par de años al zambullirme en la lectura de un libro de García de Cortázar sobre la historia de España. Una siempre siente que todo lo qeu le han contado es poco...
Beso enorme.

mayo 10, 2006 9:25 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Cris - Tienes razón, en relación con la Historia a mi también me parece poco todo lo que puedo leer y siempre busco más, es muy interesante.

mayo 13, 2006 8:45 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es una delicia volver a tu blog y ampliar la Historia de forma tan sencilla y amena. La verdad que los fenicios y los celtas aportaron muchísimo como también hicieron los musulmanes. Por cierto, ¿cuándo podré disfrutar de una crónica de Al-Andalus guiada por tí?.
Un abrazo.

mayo 17, 2006 12:59 p. m.  
Blogger Leodegundia said...

Mardolo - La delicia es verte por aquí de nuevo. No me importaría hacer una crónica sobre Al-Andalus, pero de momento tendrá que esperar, dispongo de muy poco tiempo.

mayo 19, 2006 5:27 p. m.  
Blogger Legabal said...

Un tema apasionante los fenicios. Hay más huellas de ellos en España de lo que nos creemos.

mayo 24, 2006 1:47 a. m.  
Blogger Leodegundia said...

Legabal - Estoy segura que sobre este pueblo queda mucho por descubrir :-))) y espero que lo hagan mientras yo pueda disfrutar de ello.

mayo 25, 2006 12:15 p. m.  

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